viernes, 15 de febrero de 2013

Cinco pensamientos antes de dormir


Quiero decirte cinco cosas. Cinco porque es tu número preferido y para risa del destino, el mio también. Cinco porque me gusta y cinco porque son las que puedo dejar salir hoy.

1) Mamá dice que la amas a ella como yo te amo a vos. A veces se equivoca pero puede que esta vez no. Me dolió que me lo dijera sin un poquito de anestesia pero dicen que la única manera en que se acepten las cosas es cuando te vienen así, de golpe, como un balde de agua fría. Ahora, yo me pregunto, si tiene razón ¿qué hacemos? ella ama a otro como vos la amas, y yo te amo a vos de la misma manera. Estamos en cadena o mejor, en una fila india porque nos damos todos la espalda. ¿Y sabes qué? de los tres, ella sola es feliz, porque su amor si es correspondido de igual manera.

2) A veces intento convencerme que soy el amor de tu vida por la simple razón de que creo que vos sos el mio, pero estas ultimas mañanas me desperté con la intuición gritándome como una vieja loca que los amores de la vida no siempre son correspondidos. Yo pensaba que si, es más, intenté callar a esa voz rasposa que me lo decía con alguna canción de Drexler o con pensamientos de que eran hermosas mañanas, -o buenos días porque me levanto más cerca de la tarde que del amanecer- pero no pude, siguió gritando como si muriera ella conmigo. Te juro que siempre pensé que si vos eras el amor de mi vida por lógica yo tenia que ser el tuyo; pero parece que no, que no todos tenemos la suerte de que sea así. Eso me desilusionó un poco, imagínate amar con tu vida a alguien y que probablemente ese amor que le das se lo de a otra persona, así como nos dijo Jorge una vez en una canción que igual no solíamos escuchar juntos.

3) Mil veces me plantee decirte chau. Es que no entiendo qué seguimos haciendo parados en el mismo casillero. Crecimos un poco, maduramos otro poco pero mantenemos la misma postura egoísta  atrapante, obsesiva y dolorosamente hermosa de no soltarnos la mano. Cuando me voy, necesitas aparecer y cuando te vas, necesito que sepas de mi. Y sé que a veces es culpa del destino - o quizás nos encanta culparlo a él porque es más fácil que aceptar nuestro propio error - pero nunca logramos separarnos más de un mes. ¿Es necesidad? ¿Es miedo? ¿Es costumbre? ¿Por qué ante el primer dolor nos llamamos? ¿Qué es?.

4)Mamá dijo que quizás vos la esperes toda la vida, yo le dije que no creía que ella estuviera con vos alguna vez porque, perdón si te duele, conozco a las mujeres y si  te quisiera de verdad, ya serian felices hace rato. Retomando, también me dijo que quería que yo fuera feliz, y que no quería que te esperara toda la vida o hasta que te canses de esperar y ¿sabes qué dije? "no se". Porque la verdad es que no sé. No sé si te estoy esperando a vos o a alguien mas, si estoy esperando a que te canses o a que 
me veas; capaz ni siquiera estoy esperando, solo albergo la esperanza de siempre, la de ser feliz y por ahora la felicidad la conozco de tu mano solamente, pero quién te dice... capaz, algún día sea de otra, o de mis propios pasos.

5) Miré para adelante y le contesté a mamá "veremos que pasa", no me acuerdo que me había preguntado pero se lo dije pensando en que ya paso mucho tiempo y también muchos intentos - de separarnos, lo de volver quedo en un cajón guardado - Lo que me asombra es que mantuviste relaciones con otras personas pero me seguiste viendo, comimos juntos y hasta dormiste en casa un par de veces. Recuerdo que un día dándote un beso intentaste hacerme un chupón en chiste y como siempre te saque al grito de "sos tan vulgar"  y entre risas que eran más para suavizar la puntada que para hacer gracioso el momento, me contestaste "es un chiste, sabemos que ninguno puede quedar marcado". En realidad yo si podía, nadie me controlaba. A vos si. 
Después le conté que sentía que había "algo" entre nosotros que no queríamos perder y que era ese "algo" lo que nos mantenia uno al ladito del otro, o en frente como cuando me das un beso como los que solo vos sabes dar. Mamá me dijo que quizás vos me quieras como una hermana, pero sería muy loco
que el amor y la piel que tenemos pase a ser amor de hermanos ¿no? lo creo casi imposible, aunque nada es imposible. Porque si me quiero poner cursi puedo decir que algunas veces, mirando las estrellas juntos, hasta toqué el cielo con las manos.

Ahí están las cinco cosas, son cinco reflexiones de una charla desde la heladería a casa. No sé porque hablamos de vos hoy, en San Valentin. Capaz porque a la tarde le conté que me hablaste o porque ella me preguntó mientras metía la cuchara en el sambayon si yo sabía con quién habías pasado vos el día de los enamorados.
No hace falta que te diga que el camino es corto como para pensar tanto, pero debió haber sido efecto de la noche, mi cabeza, la intuición, el dolor o el mismo 14 de febrero, que me llevó directamente a unos años atrás,  cuatro para ser exacta, cuando tuvimos nuestra primera cita. No nuestro primer beso, a eso ya nos habíamos adelantado. Primera cita, y mira la coincidencia que hasta fue en una heladería,  pero hoy opte por ir a otra y hasta pedir otros gustos, no vaya a ser cosa que entre cuchara y cuchara aparecieras vospara recrear la escena pero de la mano de otra. 
Ignoren la entrada anterior, algún día la continuaré, ahora tengo ganas de decir otra cosa.

lunes, 17 de diciembre de 2012

lo que dejaron en mi

Si te pones a pensar atentamente, cada persona que pasa por tu vida, positiva o negativamente te deja algo. 
Hay personas que van a estar con vos desde siempre y para siempre, física o espiritualmente vos tenes la certeza de que nunca van a dejar de estar al lado tuyo. Esas personas son las que te van ayudando a crecer. Pero de golpe, mientras vas viviendo, al lado tuyo aparecen miles de caras que de a poco se te van volviendo familiares. Algunas están mas cerca, otras se ubican un poco mas lejos o van cambiando su distancia según el tiempo. A veces duran solo un periodo al lado tuyo, porque su objetivo, sin saberlo ninguno de los dos, era enseñarte algo y partir.

Las despedidas duelen, si uno esta acostumbrado a alguien, verlo ir siempre marca un poco la piel. Existen diferentes tipos de adiós. Están los que no podemos evitar, los que se van porque así tiene que ser, porque acá ya no pueden estar más. También los que nos dicen chau a nosotros, porque nos equivocamos o porque ellos se equivocaron. Otros son los chau gritados, llorados, que provienen de decepciones, broncas, desilusiones o traiciones; esos capaz, duelen un poco mas o es más profundo el dolor. A veces, uno sigue sintiendo ese amor, a pesar de todo lo que tiene encima, y susurra un chau que le pesa en todo el cuerpo, lo cansa, lo agobia, lo desarma.

Lo importante es ver cuál fue el fin de esa persona en nuestro tiempo. Descubrir para qué apareció, porqué la conocimos y valorar que nos dejó.

Te invito a que veas que me dejaron a mi.

viernes, 19 de octubre de 2012

Disfraz


No puedo descifrar cuál es la señal que enciende el fuego de nuestro amor.
¿Qué hay debajo del disfraz? veo que eso nunca lo sabrás.
¿Quién se esconde y quién es que está acá?
Estoy cansado de vivir en tu locura, pero hay veces que no lo puedo evitar 
Cuatro Personalidades -Turf



Coincidimos en la fiesta de disfraces de una amiga en común; yo iba de Barbie y él de karateka.

Los dos teníamos un poco de alcohol de mas pero no al extremo, solo nos divertíamos. Bailábamos, nos abrazábamos, nos reíamos. Todo iba genial, hacia rato que no podíamos compartir una noche bien, juntos. Pero toda esa fiesta que vivíamos entre nosotros dos, sin acordarnos de los demás, era la calma que antecedía a la tormenta. Mi imaginación, mis sentimientos, mi miedo, todo salio a flote gracias al tequila. No solo lo sentí sino que lo dije, lo grité, lo lloré. Creí verlo con otra chica.

¿Alguna vez sentiste esas ganas de llorar tan fuertes que te generan bronca por no poder contener el llanto o parar de hacerlo? así me sentía. Estaba soportando un dolor horrible, fuerte, angustiante.

Me vio y vino a preguntarme que me pasaba. Nos reímos por pelear sin saber el motivo y a los dos segundos estábamos peleando otra vez. Si tenemos que culpar a alguien, culpemos al alcohol, porque él y yo nunca nos vamos a hacer cargo conscientemente de que fuimos nosotros, o mejor dicho, somos nosotros los que permitimos constantemente que pasen estas cosas.

- Vos te chapas minas adelante mio
- ¿Y? vos estabas con Nicolás

Y así una lista interminable de reproches, reproches sin sentido. O si, reproches sentidos porque sentíamos bronca, dolor, impotencia al ver a la otra persona con alguien pero teníamos el orgullo muy fuerte como para aceptarlo en voz alta. Y en la parte de no arriesgarse y animarse, de no jugarse y dejar que todo fluya para bien voy a hablar en singular porque de eso, solo lo culpo a él.  ¿Quién es él? Ezequiel, mi ex. No, yo tampoco entiendo todos los reproches que nos hacemos si no estamos juntos.

La pelea siguió hasta que entre sus gestos y mis gritos se escucho una voz que dijo "nunca mas vamos a estar juntos, ¿qué parte no entendes?" y me duele el alma tener que aceptar que esa voz no fue la mía. Ese dolor de alma se hizo llanto, un llanto fuerte. Él me corrió y se fue. Yo me quede mirando la pared sin entender nada. Me estaba robando la esperanza, esa misma que había sembrado con miles de frases y actos. Sentí muy claro que cada vez que me decía entre medio de abrazos, caricias y besos "no arruines nuestro futuro", "mi única novia siempre vas a ser vos" o "aguanta, resistí, es solo un tiempo" era su egoísmo el que hablaba, era su miedo a que yo me enamorara de alguien mas, era el sentimiento de saber no soportar  que no fuera él quien me hiciera feliz.

Al día siguiente Ezequiel me dijo que no recordaba la pelea, dejamos las cosas bien como si nada hubiera pasado. Tapando la tierra de la noche con la alfombra. Las frases desafortunadas, el llanto, los gritos, todo iba a terminar tapadito. Un maquillaje al corazón, al sentimiento que se nos había escapado por culpa del alcohol.

Ezequiel se cruzó a una amiga mía esa misma semana, y sin alcohol en su sangre dijo la misma frase desafortunada. Cuando un hombre le dice algo a una amiga de su novia/ex novia/chica que le interesa, es porque pretende que la persona en cuestión se entere. Y así fue como me enteré: estaba andando en rollers con mi amiga. Seguía triste y ella estaba rara. En la plaza donde habíamos dejado a un amigo con nuestras mochilas ahora se veía a alguien mas, pero estábamos lejos, no sabíamos quién era. Mientras patinaba me largué a llorar y sin aguantar mas Belén me lo dijo. Me abrazó y me hizo prometerle que iba a salir adelante mientras me recordaba que él siempre hacia lo mismo, no iba a cambiar. Me puse los anteojos de sol, no quería explicar porque lloraba y llegue a la plaza. Ahí estaba Ezequiel, tirado junto a Leo, hablando de la vida. (NOTA: intenta por todos los medios posibles que tu novio quién seguramente sea ex en un futuro, NUNCA se haga amigo de tus amigos). Lo saludé, me senté y me quedé callada. No sabia que hacer, estaba mal y era por él. Belén siguió patinando pero con mis rollers y le dio los suyos a Leo. Quiero decirle gracias públicamente a mis dos amigos que me dejaron sola con Ezequiel. 

- ¿Qué te pasa?
- Nada, ¿tendría que pasarme algo?
Se acuesta con la cabeza en mis piernas
- No. sacate los anteojos no me gusta hablarte sin mirarte los ojos
- No quiero
- ¿Estuviste llorando?

Silencio

Y ahí fue cuando en mi mente le grite "SI, LLORE Y LLORO POR VOS, POR LO MAL QUE ME HACES, POR LAS COSAS QUE DECÍS Y COMO TE CONTRADECÍS. LLORO PORQUE NO ME DEJAS VIVIR PERO TAMPOCO ME QUERES HACER FELIZ. LLORO PORQUE ME DEJAS EN EL MEDIO, SIN SER NI DEJAR DE SER. LLORO PORQUE NO TE ENTIENDO, PORQUE INTENTAS CUIDARME Y LO QUE HACES ES LASTIMARME CADA VEZ MAS", pero no, de mi boca no salio ni una palabra. No paso mucho mas, no quise hablar, él lo respeto, me abrazó, me hizo reír y anduvimos en rollers un rato mas.

En cuanto al no estar mas juntos con todo el dolor de mi corazón lo empece a aceptar, no lo entendí pero tenia que aprender a vivir con esa idea. Era su decisión, no podía obligarlo.

¿Sabes qué es lo loco de todo esto? que ese día paso, pasaron mas días y meses pero nunca nos separamos totalmente. 

Esa misma noche, pero en este año también la pasamos juntos. Vino a mi casa, miramos la tele, le acaricie el pelo, nos abrazamos, dormimos. Hablamos un poco. Tuve mil sentimientos encontrados en segundos. Me sentí plena, pura, inmensa, protegida, como siempre cuando estaba al lado de el. Pero también me sentí mal, triste, angustiada, como si él no sintiera con el corazón ese momento sencillo, parecido a cuando nos amábamos.

Sus actos esa noche no coincidían con las palabras que salían de su boca. Pero fue al revés. Siempre me decía que me quería, que íbamos a estar juntos, me prometía el futuro, el amor y todo nuevamente pero con sus actos destrozaba todo el camino existente; el que habíamos hecho, el que hacíamos y el que teníamos que hacer. Acostados, por dormir, esta vez la historia giró. Sus palabras me dolieron y sus actos me contuvieron.

- ¿Por qué no me das un beso?
- No sé
- No podes no saber, me esquivas siempre, pero igual queres verme, venís a casa, estas acá durmiendo al lado mio
- Es que un beso es llamar al amor, al menos entre nosotros y no podemos, no podemos confundirnos 

Acto seguido me abrazo y se durmió.


poniéndote una careta en el corazón pretendes olvidar. 
Me han dicho -Las pastillas del abuelo 

sábado, 13 de octubre de 2012

Celular


Estaba yendo al trabajo. Trabajaba a la mañana en una zapateria cerca de mi casa por lo que iba caminando. Eran como las 9.20 am. Eso me decía muchas cosas: que era hora de desayunar, que en diez minutos tenía que abrir el local y sobre todo, que Marcos ya estaba despierto y en su trabajo. La hora es importante porque gracias a la hora se desata todo, o algo así.

Caminaba y había sol, me acuerdo porque tengo esa relación de amor-odio con el Rey a la mañana. A veces me encanta cuando me da en la cara y siento el calor, se me achinan los ojos; hasta llego a sonreír solamente por eso. Pero otras veces, cuando es una mala mañana, el sol me da sueño, me fastidia y me arruina el día por completo. Eran buenos días, y el sol, pongámonos infantiles, era mi amigo (te permito que lo imagines dibujado con una carita feliz y dándome la mano).

¿En dónde estaba? si, cierto. Iba caminando con el sol en la cara. Saqué el celular para ver la hora y calcular cuanto tiempo me quedaba para llegar al trabajo. Vi que eran las 9.20 am pero lo más me llamó la atención fue la fecha: 1 de junio. ¿Qué es el 1 de junio en mi vida? NADA. N A D A, absolutamente nada. Entonces te preguntarás por qué me llamó la atención. No podía creer lo rápido que se pasaba el año, me resultaba muy loco que hubiera llegado el mes número seis, la mitad. Casi no había sentido la presencia de mayo en mi vida y de golpe, me había despertado un día y era junio. Quedé tan sorprendida ante semejante hecho que tuve una idea brillante, de esas que solemos tener las mujeres cuando alguien nos esta volviendo locas. Escribí un mensaje que decía: "Ya es 1 de junio, ¿podes creerlo?". Alguna magia divina de alguna otra galaxia o alguna fuerza del centro de la tierra hizo que se despertara el hemisferio de mi cerebro que NUNCA uso; ese que se ocupa de ser prudente, pensar las cosas y después actuar. Gracias a eso me frené, miré el celular, leí el mensaje y solté una carcajada. ¿Cómo había podido escribir semejante estupidez?, estaba por mandar un mensaje avisándole a alguien que era primero de junio, ¡como si la otra persona no lo supiera! bastaba con que mirara su celular, la pantalla de su computadora o pusiera Crónica 5 minutos para enterarse. Ahí entendí todo.

El problema no era el mensaje en sí, o sí pero no tanto. El problema era a quién iba a mandárselo. Se lo iba a mandar a Marcos. Marcos era el chico que me volvía loca, completamente loca. Me gustaba cada parte de lo poco que lo conocía y era solo por una cosa: me hacía reír como nadie. Había sido todo raro al principio, no entendía si eramos amigos, si le gustaba, si no. Avanzaba cuatro casilleros y retrocedía tres y así muchos meses; pero hacia un tiempo, Marcos había empezado a caminar sin tirarse para atrás y eso me encantaba.

Todas las mañanas él se levantaba antes que yo y me mandaba un mensaje de "buen día" para que leyera cuando me despertara, pero siempre abría los ojos con el sonido de su mensaje. A veces eso me encantaba, a veces lo detestaba. Quería decirle que era un divino, que era muy tierno que pensara en mi a esa hora, pero también quería decirle que me dejara dormir y me escribiera cuando supiera que ya estaba despierta.

Esa mañana del primero de junio, Marcos no me escribió. Me resulto raro abrir los ojos y no ver ningún mensaje. Primero pensé que le había pasado algo pero vi que estaba conectado y que había publicado cosas en sus redes sociales, después pensé lo que toda mujer piensa: "no me quiere más". Nos resulta tan fácil hacernos la cabeza. No se si es gracias a la cantidad de películas Hollywoodenses que consumimos o por mero acto de la Madre Naturaleza pero creo fervientemente que podemos dar cátedras sobre el tema. Recurrí a hacer lo que estaba a mi alcance: llamar la atención. Cambié mi nick en señal de "ACÁ ESTOY MIRA MIRA, ME DESPERTÉ" y nada. Me fui a duchar y cambiar para darle tiempo, esperando que sonara ese ruidito que a veces me fastidia tanto que quisiera revolear el celular contra una pared. Yo lo miraba, imaginaba que hacia luces, reproducía el ruido en mi cabeza y corría a buscarlo, pero NO, tenia que afrontarlo, esa mañana Marcos no me iba a escribir, al menos no por el momento.

Cuando viajo, sea en transporte público o caminando, prefiero hacerlo escuchando música, así que me puse los auriculares y me fui a trabajar. Tengo dos amigos que dicen que caminar con auriculares esta mal porque te aísla del mundo y a tu alrededor hay muchas cosas para ver, pero lo más complicado es que te separa de vos y de tus pensamientos. Tienen la teoría de que te concentras tanto en la música, en dejarte llevar, que evadís todo lo que te pasa y en un punto es verdad.

Yo no estaba mal, pero me incomodaba no haber recibido ese "Buen día" que me alegraba tanto y la música me daba esa cuota de felicidad que por esa mañana no estaba completa. Estaba tan en mi mundo, tan apartada de todo, todos y de mi que sentía que me podía ver desde otro lugar. Por eso me acuerdo tan bien como fue todo, porque siento que todo hubiera pasado en alguna película que vi.

Volaba con la música, cantaba para adentro, pensaba en los sonidos y las letras, imaginaba que estaba protagonizando un videoclip y de golpe recordé que estaba yendo a trabajar, caminando a unas cuadras de mi casa. Saqué el celular, mire la hora: 9.20 am, mire la fecha: 1 de junio. Me sorprendí. Ahí le escribi a Marcos: "Ya es 1 de junio, ¿podes creerlo?", acto seguido lo borré sin enviarlo. El hemisferio de mi cabeza, ese que les dije que no uso nunca, había funcionado, había razonado. No me sorprendía la fecha, me sorprendía que a esa hora todavía no habíamos hablado. Estaba buscando una excusa para hablarle, para comenzar una conversación que seguramente se tornaría tierna, dulce, amorosa, pero que de alguna manera tenia que empezar y conociéndome, soy bastante torpe para eso. Y ahí fue cuando me reí porque entendí que Marcos me estaba gustando en serio y cada vez más, al punto de usar la fecha como tema de conversación. Pero mi risa no siempre es felicidad, también es nervios. Fue una mezcla de cosas descubrir eso.

Decidí entrar a trabajar, desayunar, ordenar un poco y esperar pacientemente a ver que pasaba y ¿sabes qué? a eso de las 11 am. Marcos me habló, estaba teniendo una mañana agitada en su trabajo. Toda la película dramática, llena de rimmel corrido, chocolates, pañuelitos y helado que tenía armada en mi cabeza, se había esfumado. Pensé que no me iba a ganar el Oscar con el que ya estaba soñando, pero que si iba a tener un Buen Día, porque así me lo había dicho Marcos.


"pero me di cuenta
que pudo ser peor

que no fue para tanto." 
Mañana va a ser un gran día - No te va gustar 

Colectivo

"hoy desperté cantando esta canción que ya fue escrita hace tiempo atrás. Es necesario cantar de nuevo, una vez más."
Inconciente colectivo - Charly García


Estaba en el 60, eran las 6.00 am, lo raro es que yo simpre tomaba el colectivo y cuarto pero ese día no. El destino o mi inconsciente disfrazado de destino, hizo que me subiera quince minutos antes así como también hizo que el 15 no pasara y que unas cuadras más adelante, cuando el colectivo frenara en la segunda parada, él subiera.

Era invierno, todavía no había amanecido y estaba yendo a la facultad. A esa facultad que no me gustaba porque la mayoría de su gente no me gustaba (solo rescataba a 4 personas) a estudiar una carrera que no me gustaba. En fin, mi cara era un espanto porque además de ser lunes y estar dormida, estaba aceptando viajar dos horas, de las cuales una iba a estar parada, para tener tres horas de clases con una profesora pseudo hippie chic pseudo freak que me hacía acordar a un personaje de Maitena.

Auriculares en las orejas, mi vasito térmico con lágrima adentro (hasta acá no hablo de lagrimas de verdad), agarrada del caño y mirando por la ventana. Entre mi chines pronunciada y la vista nublada por el sueño vi una cabeza rubia que reconocí: era su mamá. Giré la cabeza hacia la puerta del colectivo para ver si yo estaba loca, sufría alucinaciones o era real y bueno, era real.

Subió, pagó, no me vio. Camino hasta el centro y quedamos uno al lado del otro. Los dos con cara de perros desamparados, tristes, enojados. "Hola" un beso en la mejilla y nada más. Cada uno en su mundo, con su música. La mía era alguna canción de Drexler, pero seguramente no era "Me haces bien". En su reproductor seguro sonaba alguna de las movidas de Arjona o Jason Mraz. Viajamos parados uno al lado del otro hasta que se desocupó un asiento, agarró su mochila y se fue. Yo moría por dentro, por más de que no hablábamos quería que se quedara paradito ahí, al lado mio, sentir su perfume. Tuve suerte y subió una mujer embarazada, le dio el asiento y volvió a ocupar ese lugar a mi izquierda. Intentamos entablar una conversación pero eran tiempos difíciles entre nosotros y sabíamos que eso sumado a nuestro mal humor mañanero nos iba a llevar a mal puerto.

Creo que en ese viaje sentíamos ganas de odiarnos, amarnos, pegarnos, abrazarnos, besarnos, dejarnos. Pero no hicimos ninguna de todas esas, simplemente nos callamos y viajamos uno al lado del otro. Cada uno a su destino, sin hablarnos, mirándonos de reojo como si fuera un crimen mirarnos bien, a los ojos. Debe ser por eso que dicen que cuando miras a los ojos a alguien que conoces mucho sentís lo que siente, te transmite todo y él no quería que yo lo descifrara y yo no quería que el me descifrara. Le miraba las manos y sabía que me estaba mirando la cara, y después al revés hasta que uno miraba por la ventana o se rascaba la cabeza para cambiar de posición. Hubiera sido bueno cortar el silencio con un grito bien fuerte, pero no. Igualmente el grito estaba, calladito en nuestro pecho, pero estaba. No sé que pedía el de él, si sé que pedía el mio.

Me hubiera gustado estar en las cabezas de la gente que estaba a nuestro al rededor. ¿Alguno se habrá fijado en nosotros?. Me hubiera resultado muy divertido saber que hipótesis tenían sobre cómo nos conocíamos o que relación manteníamos. Al ser tan diferentes nadie podría imaginarlo, o sí. Pero la burbuja de tensión en la que estábamos nos hacia ver como dos lejanos conocidos. Que loco que la realidad fuera tan diferente, que nos conociéramos enteramente, desde una punta a la otra de nuestra personalidad y en todas las formas.

El en joggin y mochila. Yo arreglada y con cartera. El iba a estudiar algo de computación, yo comunicación. El su música y yo la mia, pero las dos hablaban de amor, un amor que fue lindo, que ya no es más, solo en los recuerdos.

Me saludó con un beso en la mejilla y bajó en Fondo de la Legua. Se fue de ese colectivo y yo sentí como una partecita de mi se iba agarrada de su mano o corriendo atrás de él (la última opción era la más probable). Se desocupó un siento, me senté, miré para arriba y cerré los ojos fuerte. Pensé, cosa que no debía hacer o no quería hacer. Pensé en ese momento y se me cayeron un par de lagrimas silenciosas, nadie las notó, solo yo, pero para esa altura ya estaba acostumbrada a que eso pasara. ¿EXagerada? si, puede ser, pero miralo de esta manera:  en ese colectivo íbamos los dos, eran malos tiempos y ninguno hablaba. El eligió un destino más cerca, y se bajó antes. Yo me quedé arriba, sola, sintiéndome un poquito más vacía porque a partir de esa frenada, ya no lo iba a tener al lado en el resto del viaje.

"Pero a la vez existe un transformador que te consume lo mejor que tenés te tira atrás, te pide más y más y llega un punto en que no querés."
Inconsciente colectivo - Charly García 

1

Voy a hablar en primera persona, no es de rebelde sino que me cansé de tener que escribir en tercera siempre. Estudio periodismo y es prácticamente una ley; bueno, capaz si sea por rebeldía.

No sé que quiero escribir, simplemente tengo ganas de hacerlo y por eso lo hago y te voy a hablar a vos, si a vos que estás del otro lado de la pantalla, que estás perdiendo tu valioso tiempo en saber que tengo para contarte. En realidad no se si existirás, pero si existís gracias por leerme, vas a ser como mi psicologo, desde ya te advierto que no va a ser facil siempre, me vas a notar histerica, aburrida, deprimida, efusiva, loca, ilusa y todos los demás estados en los que puedas encontrar a una mujer en algun momento de su vida. Antes que nada te digo gracias, por tomarte el tiempo de leer esto y por las dudas, quién sabe, algun día me das un consejo que me ayude a descifrar alguno de los rompecabezas que tengo en la cabeza.

Tengo ganas de contarte situaciones puntuales y cotidianas. Por cotidiano me refiero a cotidiano en mi vida, no en la de todos, no creo que para todos sea toda la misma rutina. Por ejemplo para mi es cotidiano lavarme los dientes y creo que para mi hermano no lo es (nunca le cuenten que dije esto), también es cotidiano para mi dormir con mis osos y quizas para ustedes no y es más seguramente piensen que soy una chiquilina infantil o les provoco ternura maternal. Pero bueno, como les decía, quiero contarles situaciones cotidianas mias, especiales, que me dejaron pensando o significaron algo y así darles a conocer mi vida.

No van a estar en orden cronológico. Voy a mezclar el pasado con el presente y el re-contra pasado con el futuro si encuentro como adivinarlo. Van a escuchar miles de nombres y a veces solo pronombres personales. Seguramente no terminen de entender que historia fue primero y cual después, pero lo que importa es que sientan el momento.

Bienvenidos al lio

viernes, 27 de julio de 2012

Priscila


Convirtió una silla en escenario y la vi bailar sintiéndose hermosa por primera vez. Se movía con gracia y sin vergüenza al ritmo de la música popular, al ritmo de su propio canto, mientras repetía palabras de las que seguramente, no conocía el significado. Giraba, giraba, giraba y  marcaba los pasos de cada canción. Sonreía y brillaba. Eramos muchos los que admirábamos la actitud de artista con  la que se enfrentaba a ese público de juego que la aplaudía y la trataba de imitar. "Ahora tenes que hacer así", me dijo mientras levantaba los brazos. En su cabeza debía ser bailarina, en sus sueños quizás también, pero no se lo pregunté. 
Priscila ya vivió siete veranos, siete otoños, siete inviernos y quizás siete primaveras. Está en la etapa más linda de la vida, entre golosinas, juegos, amigos y cosquillas pero hubo días en estos siete años que no supo como caminar. 
A veces tiene miedo, miedo a la oscuridad, a perder o a seguir perdiendo y eso no la deja sonreír. No llora, pero en sus ojos verdes, enormes y hermosos se le ve la tristeza y las ganas de amar. La vida la golpeó y aunque es chiquita sabe a la perfección que significa cada dolor.
Tuve suerte, la conocí sonriendo y la conocí triste, la conocí en profundidad.
Priscila y yo nos parecemos a veces, aunque nos separen 13 años. Ella extraña a su abuelo, a su hermano y a su primita; yo también extraño al viejo y a Gabi.
Cuando le conté que entendía su dolor me escuchó, me preguntó con inocencia, con voz bajita casi susurrando como para no lastimarme con los recuerdos y me abrazo. Puso su cabeza abajo de mi brazo y se quedo ahí un largo rato, descansando. Creo que las dos estábamos aliviadas. Le contè que los grandes también tenemos miedo y se sintió acompañada, sonrió y como yo no, me hizo cosquillas para que lo hiciera.
Le prometí que iba a ser feliz, que tenia que pensar en lo lindo de la vida. Le dije que era hermosa y me dijo que no lo sabia. Somos tan parecidas. 
Me tuve que ir, pero antes, me abrazo muy fuerte y me dijo que no quería que me fuera, que ella se quería quedar ahí, conmigo.
Priscila es una de las tantas historias que conocí, quizás me llego más hondo por su amor al baile, por su dolor, por su inseguridad, quizás porque me reconocí en ella. Me dio fuerza, me hizo respirar y tener ganas de avanzar. "Prichu" me lleno un huequito que tenía vacío hace mucho tiempo y no lograba llenar.

miércoles, 16 de mayo de 2012

cosi

Podre caerme a pedazos pero acá siempre estás vos
Podras caerte a pedazos pero acá siempre estoy yo.

Una vez más demostramos estar juntos en todo. Creo que desde que nos conocimos, nunca vivimos algo tan doloroso. Duele mucho, pero me alivia compartir este dolor con vos. Quería estar fuerte y no llorar, se lo dije a mamá "no quiero que me vea llorar" porque quería estar fuerte para vos, para que vos no te preocupes por mi, sino yo de vos, pero la situación me superó.
Con esto me vinieron mil cosas a la cabeza, cosas que quiero decirte y que con el correr de los días voy a hacerlo. Ahora tengo muchas ganas de abrazarte, de no soltarte, de que estemos un rato solos para poder sacarte todo eso que se que tenes adentro, pero adelante de la gente no soltas.
Ya no me importa en qué forma estoy en tu vida, ya no siento esa relación de "es mi ex", vos sos más, sos un sostén, un apoyo, un compañero. El punto no es estar juntos de forma romántica, el punto es estar juntos cuando lo necesitamos. Acompañarnos. Lo que más me importa, es que si te necesito estas, que si me necesitas estoy, que esa cosa que nos une, esa confianza, sigue igual que siempre. Es muy lindo llevarnos así, que la gente no entienda, me encanta.
Te quiero con el alma, con el corazón.
Voy a darte toda la fuerza que necesites, voy a escucharte y vamos a pasar por todo lo que haya que pasar ahora. No te voy a dejar caer nunca, no te voy a soltar.
Los deditos juntos en señal de para siempre; así va a ser, siempre juntos, de la forma que tenga que ser.
Sos mi base.

Nonita!

"Y se que nunca se me va a olvidar tu voz, aunque pierda la memoria."

¿Qué loco no? digo "que loco" porque yo estoy segura que cuando tenga hijos van a saber de vos, y que a todo el mundo le voy a seguir hablando de vos, pero... ¿y lo loco? lo loco es que no eras mi abuela de sangre, lo loco es el vinculo que teníamos, lo complejo de explicar, lo feo que puede sonar "la abuela de mi ex".
Mi nona, te adopte como nona, mi nona postiza, tu nieta postiza. Tres años. Increíble como se puede llegar a querer a alguien en solo tres años. Hoy estoy acá sin poder creer que te nos fuiste. Recorrí la casa y esta tan silenciosa. Te voy a extrañar, mucho. Estas arriba, estas cuidándonos, a tu precioso, a tu bombón, a tu preciosa. 
Parece mentira, tengo mil y un anécdotas, esas tardes que me quedaba cuidándote, las dos solas en la cocina tomando mates, mirando la tele, durmiendo la siesta; las cenas, las charlas. Tu alegría! eso es lo que más voy a extrañar, tus chistes; "venís a verme a mi o a tu amado?" como me hacías reír nonita! voy a extrañar tu voz, pero la tengo viva en la cabeza, esa frase fue la última que me dijiste, con los ojitos bien abiertos, sonriendo, hermosa como sos.
Me duele tanto porque para mi eras mi familia, sos mi familia, seguís viva en mi corazón y siempre va a ser así. NUNCA voy a cansarme de recordarte con una sonrisa, y aunque ahora lloro porque me duele, se que riendo es la mejor forma de tenerte presente, porque vos eras una sonrisa. Buena, sencilla, hermosa, cariñosa, loca, divertida, No tengo una sola palabra mala sobre vos, siempre me trataste de la mejor forma, con dulzura. Me cantabas en italiano por teléfono, me agarrabas la mano y me acariciabas...
te voy a extrañar loca linda, muuuuuuuuuuuuuuuuucho. 
Todos te vamos a extrañar!


sábado, 14 de abril de 2012

Novo

No entiendo bien cuando me empezó a gustar de esta manera tan fuerte. Si hoy fuera una noche más creo que cometería un sincericidio, pero está allá, en un cumpleaños. ¡Qué suerte!
El miedo que me da estar confundiendo amistad con amor en increíble, el hecho de imaginarme confesandolo todo me paraliza, es culpa del pánico al rechazo, del asco a perder.
¿Cómo sé si las señales son sinceras o en broma? justo ahora me viene a fallar mi intuición, o quizás soy yo la que no se anima a ver...
¿A ver qué? a ver que esta enfrentando un nuevo enamoramiento, a ver que es mas fuerte, a ver y a aceptar sobre todo, que puede enamorarse de alguien que su nombre no empiece con una K.
Capaz, solo capaz, me estoy apresurando, en realidad no, capaz no, si, me estoy apresurando, no hace tanto nos conocemos, no hace tanto de estas conversaciones interminables, tiernas y confusas, que están con un pie en el amor, un pie en la amista, un pie en el chiste y un pie en la realidad.
"Entre broma y broma la verdad se asoma", dejemos que esa verdad se asome, porque si de verdades tengo que hablar, cuando se ríe me hace sonreír.
Me encanta este momento, es el mejor. El tiempo ese en el que esta todo en suspenso, que no entendes nada, que te vuelve loca, te gira el mundo, estas confundida, queres agarrarlo y darle un beso, ponerte roja, histeriquearlo con mensajes, mostrar tu mejor costado y esforzarte por no dejar que vea tus miserias, no por ahora, mira si se va... Son esos días que queres decirle me gustas, me encantas, pero no tenes coraje y terminas apretando la cara contra la almohada y gritando y sonriendo y abrazando un peluche mientras pensas y relees la última conversación que mantuvieron.
¿Enamorada? imposible chicos, hace poco lo conozco, pero nunca se sabe ¿no? que loco y lindo todo esto, que bien me hace sentir (por ahora- si, no puede faltar mi cuota de pesimismo, es mi toque mágico-) pero paren! paren todo! PARA PARA PARA baja de la nube, bajate del cielo, de la escalera, bajate de esa ilusión que estas armando, PARA LUCIA! acordate que duele si no funciona, ¿por qué no caminas más despacio?


A VER AMOR, QUE ME TENES PREPARADO AHORA? HACEME SONREÍR QUE TODAVÍA CREO EN VOS...

viernes, 27 de enero de 2012

formspring.me

Ask me questions about lo que quieras, me aburro http://www.formspring.me/lulibue

jueves, 26 de enero de 2012

http://www.facebook.com/photo.php?fbid=2531050551880&set=a.2530802865688.141956.1121984663&type=3&theater


la foto perfecta.
Podría mirarte a los ojos y sin decir ni una palabra, sin moverme, hacerte saber millones de cosas.

a.a

Intenté contenerlo, pero no pude.
Hacia tiempo que no lloraba con el alma.


Se pone complicada la vida. O yo soy la que me pongo complicada. Otra vez mi aire me esta superando, mi rutina también, mi espacio. Todo mi entorno, todo mi "yo" me resulta asqueroso y hasta ajeno.
El tiempo que pasa, segundos que se hacen minutos, minutos que son horas, horas que forman días, días que hacen meses y todo se mantiene en linea recta. Aburrido, todo igual es aburrido. Quisiera que llegue el cambio, el cambio de verdad, el cambio que me haga bien.
Soy mala tomando elecciones, mi corazón es pésimo eligiendo.
Creí que no era para tanto lo que sentía y ahora me doy cuenta que es para tanto y mucho mas. Quiero gritárselo en la cara, sacudirlo hasta notar que lo comprendió, abrirle la cabeza y ver qué es realmente lo que piensa, darle la mano y sentir qué es lo que realmente siente. Se queda atrás de tantas máscaras que ya no puedo descifrarlo como antes, se queda atrás de tantos miedos que hasta empiezo a creer que es cobarde.
Yo me la jugaría, yo me animaría, yo me arriesgaría porque siento algo grande, pero... no, otra vez te equivocaste de cara, otra vez te equivocaste de ser, otra vez te equivocaste, otra otra otra vez! OTRA VEZ!
Cansada de equivocarme! que cansancio tengo, no soporto más equivocarme, estoy cansada de estar así.
QUIERO QUERERTE, quiero que me quieras. Hay una voz adentro mio que me dice "lucha, dale, vos podes, va a salir bien" y otra que me dice "no, para, no se puede, esta mal" y el problema, es que esa voz, la segunda, tiene su voz..
Basta, no debería quererte, vos te lo estás perdiendo.

viernes, 20 de enero de 2012



Es la única forma de enfrentar esta vida,

Qué loco esta el mundo mi amor!

lunes, 19 de diciembre de 2011

Con sonrisas enfrentar la vida - INTRODUCCION

Intro (presente)

El despertador sonó como todas las mañanas, ese sonido estaba en la lista de los más odiosos que alguna vez había escuchado. Eloisa continuaba con los ojos cerrados pero con la mano extendida hacia la mesa de luz dio un golpe que cortó el sonido. Giró sobre si misma y apoyó su cara contra la almohada, respiró fuerte tres veces y volvió a girar. Tomó su celular para mirar la hora, deseaba con todas sus fuerzas que el reloj estuviera equivocado, lo que más ansiaba era seguir durmiendo, pero no, debía levantarse y vivir otras nuevas horas. Respondió unos mensajes que vio y se levanto. Fue directamente al baño. Esos días lucia una hermosa palidez acompañada de ojeras violetas que tapaba con corrector antes de salir a la calle. Miro su reflejo en el espejo, vio su pelo despeinado, despeinado como de costumbre, era su marca personal, uno de sus lemas, dejar que las situaciones la despeinaran, que la gente la despeinara, que el viento la despeinara, vivir la vida sin que le importe nada mas. Luego se detuvo en sus ojos achinados por el sueño, mas achinados que cuando eran normales. China, le decían algunos porque el sueño, el llanto y el alcohol le afinaban los ojos. Se lavó la cara y caminó pesadamente a la cocina, saludó a su mamá con un gesto y abrió la heladera. Saco la leche, preparo su chocolatada, corto dos rebanadas de pan y las tostó, les untó manteca y miel, se sentó a la mesa y miró por la ventana. El cielo estaba de un color celeste humo, quizás era que se aproximaba una tormenta o quizás eran las cenizas de aquél volcán que quedaba lejos, muy lejos de su casa pero que aún así era tan grande que soltaba grandes cantidades de ceniza. Desde la mitad de Septiembre el cielo estaba así. Tomo su desayuno con la mirada fija en él. El último sorbo lo hizo pensando en cada partícula de esas cenizas, esas que estaban cubriéndolo todo, que no le permitían mirar al sol. Apoyó la taza y colgada en su mundo pensó ¿serán estas cenizas las que me están inundando el ánimo también? Algo la hizo volver a esa realidad, un ruido. Su mamá estaba en la misma habitación aunque ella parecía no notarlo, había cambiado de canal la televisión y recién ahí Eloisa pronuncio la primera frase del día “me voy a cambiar”. Caminó hasta su cuarto, cambió su pantalón a rayas multifunción por las calzas negras, cambió su musculosa corta por una remera blanca larga y se puso sus zapatillas, se ató el pelo en una cola de caballo y preparó en su mochila los rollers y una botella de agua. Ya lista se puso sus auriculares y salió a la calle. Correr le hacia bien. Corrió por un rato hasta que llego a una calle rodeada de árboles. Solo había sonido a pájaros, no había autos, no había gente, era perfecta para su momento. Siguió corriendo, corrió fuerte, más fuerte, más fuerte, rápido y rápido y su cabeza pensaba a esa velocidad, más rápido, más ideas, más pensamientos, más recuerdos, rápido, imágenes, rápido, voces, rápido, más, más, más y cayó. Cayó sobre sus rodillas en el asfalto, emitió un grito de dolor y con las manos en la cara comenzó a llorar. Caían lágrimas y se escuchaba solo su lamento, quedó así, dura, con las rodillas en el suelo, llorando, con la mente en blanco. Cuando lloraba no pensaba en nada, solo dejaba que las lágrimas salieran, no le gustaba pensar. El llanto era para ella la forma de arrancar una parte de esa pelota que tenia en el pecho amenazándola con salir siempre en momentos inoportunos. Cuando lloraba respiraba fuerte, se llenaba los pulmones de aire y sentía como dejaba caer al piso temas que le pesaban. Ese momento era su momento para descargar. No podía llorar frente a su mamá, ni a nadie más. No quería que le preguntaran que le pasaba, temía a las preguntas, temía a que la vieran, por eso corría, por eso se escapaba a un lugar solitario, para llorar. Correr era su escape. Cinco minutos después corto el llanto como si no hubiera sucedido, se limpió las lágrimas y se sonó la nariz con un pañuelo. Se levantó del piso y limpió sus rodillas, notó que había roto su calza y que del agujero salía sangre, no le importó, debía seguir, tenia que cumplir la segunda parte de la rutina. Caminó hasta un banco y se sentó para cambiar sus zapatillas por los rollers. Correr la descargaba y andar en rollers la divertía. Por mas que tuviera la rodilla lastimada debía andar en rollers para devolverle a su cara una sonrisa, para que sus ojos se desachinaran. Andar en rollers era ir metiéndose de nuevo en el papel de chica feliz, era practicar el personaje con el que debía llegar a su casa. Tenía que sentir y creer que era feliz, convencerse de eso para que los demás lo creyeran.
Se paró y empezó a andar, tomaba velocidad, frenaba de golpe, daba vueltas, miraba el cielo y aunque estaba ahumado le sonreía a los pobres rayos de sol que lograban colarse entre los árboles. De a poco iba creyendo en ella, borrando de su cabeza que había llorado, cambiando los gestos en su cara como buena actriz que era. Sonrisa, sonrisa, carcajada, respira hondo, y sonríe. Patino hasta llegar a su casa, sintiendo el viento entre su pelo, en su cara. Abrió la puerta y se saco los rollers.
Su mamá la esperaba con el almuerzo, comió poco, pero tomo mucho. Estaba sedienta, por el deporte que había hecho y por las lágrimas que había perdido. Terminó su comida y fue a ducharse. La ducha con agua caliente era su otro momento, su otro escape, ahí tenia otros cinco minutos. Bajó el agua se permitía pensar. Mientras las gotas caían en sus hombros, cerro los ojos y su cabeza le pregunto ¿será hoy un día diferente o será uno mas en el que solo debemos gastar las horas hasta poder dormir? Los ojos amagaron a achinarse pero tragó fuerte y con su saliva tragó las lágrimas. Salió de la ducha y se preparó para salir a su trabajo.
En su trabajo no hacía mucho, lo más interesante de todo era cuando iba hacía el. De camino quedaba la casa de quién alguna vez supo amarla. Eloisa mantenía una excelente relación con la madre de este sujeto y como trabajaban cerca pasaba cada día a buscarla para caminar juntas. Eran solo dos minutos en los que Él aparecía para saludarla y cerrar la puerta. Según su ánimo era el saludo, según el saludo era el ánimo de Eloisa. Había oportunidades que solo gritaba un “Chau” otras que la abrazaba quince veces.
El local en el que tenia que cumplir las horas era tranquilo, ahí si que tenia tiempo para pensar, pero ella no quería hacerlo, tenía miedo a pensar cosas que la lastimaran, miedo a descubrir verdades que no la dejaran dormir. Para impedir esto se entretenía leyendo libros, escuchando la radio a todo volumen, comiendo y sintiéndose culpable luego, mandando mensajes con su celular y lo mejor de todo, recibiendo visitas de sus amigos. Cuando un amigo iba a verla de sorpresa el día de trabajo se le hacia mas leve, las horas le pasaban rápido, merendaban juntos y se reía mucho mas. En el trabajo no podía llorar. Igualmente, recordaba haber llorado en alguna ocasión pero se sintió avergonzada cuando tuvo que atender a una clienta con los ojos achinados y la nariz colorada.
Por el momento ese día no parecía ser diferente a ningún otro. Parecía que solo debía sobrevivir las horas para poder volver y acostarse en su cama. Ese momento era el que la hacia feliz, cuando dormía. Dormir la llevaba a otra parte. A un mundo donde todo era posible, donde nada podía impedir nada, donde ella mandaba y elegía que pasaba. Un mundo donde era feliz, de verdad estaba llena, sonreía francamente, un mundo donde no debía fingir. Siempre se despertaba queriendo dormir un poco mas para poder completar el sueño que estaba teniendo o para soñar cosas nuevas. Dormir le daba paz. Era otro escape. Si repasaba su día en la cabeza había sido igual a los demás: apagó el despertador, desayunó, corrió, lloró, patinó, sonrío, comió, se duchó, llegó a la casa de él, él la saludo sin distancia pero sin efusión tampoco, caminó al trabajo y ahí estaba, sentada en el depósito, mirando su teléfono, esperando que algo le llegara, que algo le cambiara el día, algo, cualquier cosa, que la afectara de alguna manera, necesitaba un cambio, algo que la ayudara a entender.
El regreso a casa fue igual al de siempre, música que la aislaba del mundo, caminata lenta bajo la luna que brillaba un poco más que el sol del mediodía. Movía la boca cantando las canciones que escuchaba y notaba como la gente la miraba con caras raras, creía leer en sus mentes “esta chica está loca” y eso le encantaba porque Eloisa creía fervientemente en que las mejores personas estaban locas, que ser loca era una de sus mejores virtudes, una de las más divertidas, una de las cosas que más amaba de ella. Cada vez que se cruzaba con una mirada extraña le salía una sonrisa que demostraba lo poco que le importaba que la gente no entendiera que ese momento era suyo, pero en ese momento no lloraba, no pensaba, no fingía, era otro escape. En ese momento lo único que hacia era cantar, era soñar despierta, era imaginar y por eso era feliz, cinco minutos, como siempre, solo cinco minutos de escape mientras caminaba a su casa, pero que se asemejaban a cuando dormía por la forma en la que viajaba a otro mundo.
Llegó y comió con su familia mientras miraban la televisión y comentaban el día, después se acomodó en el sillón con su computadora en las piernas y empezó a hablar con sus contactos de las redes sociales. Ya casi terminaba el día y algo lo cambió. Si, cuando pensaba que ya no iba a haber nada interesante, experimento una conversación con uno de sus conocidos virtuales. Habló de todo, se conocieron. Eloisa le contó partes de su vida, le contó experiencias, Felipe le contó sus anécdotas, sus creencias. De golpe vieron lo parecidos que eran, prácticamente pensaban igual, sentían igual y habían vivido cosas similares. No significaba nada, pero a la vez, significaba todo.
Pasaron las horas y no las noto de lo sumergida que estaba en esa conversación. Cuando vio que el reloj despertador de su hermano sonaba decidió saludar e irse a dormir. No podía creer que había postergado sus sueños por una conversación con alguien a quien nunca había visto cara a cara, eso era lo que la extrañaba, eso era lo mágico, ese era el suceso que ella esperaba que transformara su día, aunque no sabía como iba a afectar su rutina cuando volviera a salir el sol.


¿Qué le pasaba a Eloisa? Ese era el mayor interrogante. Ella no lo sabía, creía entender un poco porqué razón se sentía así pero había partes que parecían huecas, espacios que no podía descifrar. Notaba que el problema era entre su cabeza y su corazón, ella misma se negaba a creer algunas cosas y a sentir algunas otras. Se mentía, constantemente se mentía para no caerse, para seguir en la línea recta que caminaba, pero en ese momento mentirse no le estaba funcionando. Su cabeza empezaba a ver lo que había en su corazón y su corazón empezaba a sentir lo que pensaba su cabeza, ahí estaba la guerra. Solo mirando para adentro lo iba a poder solucionar, pero trabajar en ella misma le daba miedo.
Había varios temas rondándola. En un corto periodo de tiempo tuvo una seguidilla de noticias que la fueron afectando. Estas, se sumaron a las incertidumbres y cuestiones con las que ya cargaba años atrás.
No era fácil esa vida, vivir le estaba costando. En su cuerpo había varias Eloisas peleando por el papel principal y no sabía cual era la pura, la verdadera, la correcta. A veces pensaba si los problemas que sentía enormes no eran tan grandes en realidad, pensaba que su cabeza los agrandaba, que ella era pesimista y veía todo peor de lo que era, pero otras veces, cuando se sentaba y sentía un agujero en su pecho, cuando notaba la angustia que esos conflictos le generaban, se convencía de que no eran inventos de ella, que eran de ese tamaño, del tamaño que ella sentía que eran, al menos afectaban su vida con ese grado de dolor.
De a poco, con el tiempo tendría que ir buscando las respuestas a esas preguntas, tendría que ir cerrando los temas, dando vuelta las páginas y escribiendo nuevas historias. Debía trabajar duro, enfrentar el miedo y arriesgarse mucho, pero era la única solución para poder sonreír nuevamente con franqueza.



Y esta es la introducción de la novela que pienso escribir, falta pulirla, seguramente se cambien cosas, pero es la base, y la comparto para escuchar sus críticas

ASIGNATURAS PENDIENTES - UNA MENOS

  1. Paul McCartney
  2. Queen
  3. Green Day
  4. Arjona
  5. Callejeros
  6. Las pastillas del abuelo
  7. Callejeros
  8. Las pastillas del abuelo
  9. Miley Cyrus
  10. Ciro y Los Persas
  11. Britney Spears
  12. Drexler
  13. Simple Plan
  14. Calamaro
  15. Lady Gaga
  16. Eminem
  17. 3 doors down
  18. Coldplay
  19. Robbie Williams
  20. Shakira
  21. Billy Ray Cyrus
  22. Glee
  23. Kevin Johansen
  24. Ivan Noble
  25. Good Charlotte
  26. Justin Bieber
  27. Adele

jueves, 1 de diciembre de 2011

CON MI VIDA!

El primer amor no es la primera persona que te gustó ni la primera persona que fue tu novio o tu pareja. El primer amor es la primera persona por la cual sentiste cosas inimaginables, es la primer persona que te hizo sentir lo que nunca nadie te había hecho sentir antes, la primera persona por la cual hiciste cosas que nunca pensaste que harías, esa personita que amaste con locura, la que te hizo sentir las cosas mas puras, esa persona que te hizo feliz con una mirada, con una sonrisa o simplemente con su presencia. Justamente esa persona FUE TU PRIMER AMOR, el cual nunca podrás olvidar.Y si, puede ser que alguna vez te allá hecho sufrir, pero lo que se siente por ESE primer amor es ÚNICO y jamas se olvida. ♥






Siempre vas a ser mi mitad! Ese primer amor sos vos, y así como dice por más peleas, heridas, mentiras, siempre va a haber algo más fuerte y es el "hilito" que nos une aunque a veces no querramos que sea asi.
Te quiero con mi vida!