viernes, 15 de febrero de 2013

Cinco pensamientos antes de dormir


Quiero decirte cinco cosas. Cinco porque es tu número preferido y para risa del destino, el mio también. Cinco porque me gusta y cinco porque son las que puedo dejar salir hoy.

1) Mamá dice que la amas a ella como yo te amo a vos. A veces se equivoca pero puede que esta vez no. Me dolió que me lo dijera sin un poquito de anestesia pero dicen que la única manera en que se acepten las cosas es cuando te vienen así, de golpe, como un balde de agua fría. Ahora, yo me pregunto, si tiene razón ¿qué hacemos? ella ama a otro como vos la amas, y yo te amo a vos de la misma manera. Estamos en cadena o mejor, en una fila india porque nos damos todos la espalda. ¿Y sabes qué? de los tres, ella sola es feliz, porque su amor si es correspondido de igual manera.

2) A veces intento convencerme que soy el amor de tu vida por la simple razón de que creo que vos sos el mio, pero estas ultimas mañanas me desperté con la intuición gritándome como una vieja loca que los amores de la vida no siempre son correspondidos. Yo pensaba que si, es más, intenté callar a esa voz rasposa que me lo decía con alguna canción de Drexler o con pensamientos de que eran hermosas mañanas, -o buenos días porque me levanto más cerca de la tarde que del amanecer- pero no pude, siguió gritando como si muriera ella conmigo. Te juro que siempre pensé que si vos eras el amor de mi vida por lógica yo tenia que ser el tuyo; pero parece que no, que no todos tenemos la suerte de que sea así. Eso me desilusionó un poco, imagínate amar con tu vida a alguien y que probablemente ese amor que le das se lo de a otra persona, así como nos dijo Jorge una vez en una canción que igual no solíamos escuchar juntos.

3) Mil veces me plantee decirte chau. Es que no entiendo qué seguimos haciendo parados en el mismo casillero. Crecimos un poco, maduramos otro poco pero mantenemos la misma postura egoísta  atrapante, obsesiva y dolorosamente hermosa de no soltarnos la mano. Cuando me voy, necesitas aparecer y cuando te vas, necesito que sepas de mi. Y sé que a veces es culpa del destino - o quizás nos encanta culparlo a él porque es más fácil que aceptar nuestro propio error - pero nunca logramos separarnos más de un mes. ¿Es necesidad? ¿Es miedo? ¿Es costumbre? ¿Por qué ante el primer dolor nos llamamos? ¿Qué es?.

4)Mamá dijo que quizás vos la esperes toda la vida, yo le dije que no creía que ella estuviera con vos alguna vez porque, perdón si te duele, conozco a las mujeres y si  te quisiera de verdad, ya serian felices hace rato. Retomando, también me dijo que quería que yo fuera feliz, y que no quería que te esperara toda la vida o hasta que te canses de esperar y ¿sabes qué dije? "no se". Porque la verdad es que no sé. No sé si te estoy esperando a vos o a alguien mas, si estoy esperando a que te canses o a que 
me veas; capaz ni siquiera estoy esperando, solo albergo la esperanza de siempre, la de ser feliz y por ahora la felicidad la conozco de tu mano solamente, pero quién te dice... capaz, algún día sea de otra, o de mis propios pasos.

5) Miré para adelante y le contesté a mamá "veremos que pasa", no me acuerdo que me había preguntado pero se lo dije pensando en que ya paso mucho tiempo y también muchos intentos - de separarnos, lo de volver quedo en un cajón guardado - Lo que me asombra es que mantuviste relaciones con otras personas pero me seguiste viendo, comimos juntos y hasta dormiste en casa un par de veces. Recuerdo que un día dándote un beso intentaste hacerme un chupón en chiste y como siempre te saque al grito de "sos tan vulgar"  y entre risas que eran más para suavizar la puntada que para hacer gracioso el momento, me contestaste "es un chiste, sabemos que ninguno puede quedar marcado". En realidad yo si podía, nadie me controlaba. A vos si. 
Después le conté que sentía que había "algo" entre nosotros que no queríamos perder y que era ese "algo" lo que nos mantenia uno al ladito del otro, o en frente como cuando me das un beso como los que solo vos sabes dar. Mamá me dijo que quizás vos me quieras como una hermana, pero sería muy loco
que el amor y la piel que tenemos pase a ser amor de hermanos ¿no? lo creo casi imposible, aunque nada es imposible. Porque si me quiero poner cursi puedo decir que algunas veces, mirando las estrellas juntos, hasta toqué el cielo con las manos.

Ahí están las cinco cosas, son cinco reflexiones de una charla desde la heladería a casa. No sé porque hablamos de vos hoy, en San Valentin. Capaz porque a la tarde le conté que me hablaste o porque ella me preguntó mientras metía la cuchara en el sambayon si yo sabía con quién habías pasado vos el día de los enamorados.
No hace falta que te diga que el camino es corto como para pensar tanto, pero debió haber sido efecto de la noche, mi cabeza, la intuición, el dolor o el mismo 14 de febrero, que me llevó directamente a unos años atrás,  cuatro para ser exacta, cuando tuvimos nuestra primera cita. No nuestro primer beso, a eso ya nos habíamos adelantado. Primera cita, y mira la coincidencia que hasta fue en una heladería,  pero hoy opte por ir a otra y hasta pedir otros gustos, no vaya a ser cosa que entre cuchara y cuchara aparecieras vospara recrear la escena pero de la mano de otra. 

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