No tiene nombre

El tiempo va pasando, las ojeras se van agrandando, las ganas van disminuyendo y el cansancio se va apoderando de la vida. Los rumbos se pierden, las miradas se desvían, el aire pierde el perfume y los recuerdos de a poco, se olvidan. Las mentes van cambiando, traen ideas nuevas y las viejas amigas nos dan la mano de nuevo. El peso se va perdiendo, tanto como la fe y las sonrisas se van borrando hasta olvidarse de lo que significan. El dolor es tan inmenso que ya no se siente y la cura ya no importa porque parece acostumbrase a esto. El tiempo va pasando y todo sigue igual, el aspecto se va debilitando, los motivos ya no se encuentran y las voces se pierden en los vacíos de cada habitación. El calor no existe, los sonidos ya no están, no se escuchan carcajadas, tintineos, canciones ni murmullos de felicidad. El tiempo va pasando y cada vez las cabezas se nublan mas, los ojos se van cerrando y nos sacan de la realidad. Aunque no quieras te llevan, te atrapan y te convencen de que es tu felicidad. Aunque no quieras te tienta volver a empezar. El tiempo va pasando y volves a caminar, a cada paso una caída, un dolor, una fatiga. Nadie te comprende, nadie sabe que te pasa. ¿Quién puede comprender tus sentimientos?. El tiempo pasa y la ayuda no existe, no la queres aunque tus ataques bipolares te interrumpan la noche. Aunque tengas una ganas locas de correr y gritar en la cara de alguien una suplica de auxilio; pero de golpe te calmas, el impulso se para, respiras tranquila, el vació se siente menos, y sabes que mañana será un nuevo día. ¿Quien puede ayudarte sin escuchar tus gritos?. Tu voz ya no existe, no tenes objetivos. Vendiste tus días a un ser que se mostraba adorable, le vendiste tus risas a cambio de un poco de liviandad con tu alma. Te equivocaste, no lograste nada, una vez más caminaste hacia atrás, volviste a tu pasado y no notaste que no ganaste tu liviandad. Regalaste tu vida una vez mas.


Polaroid Graphics