miércoles, 1 de octubre de 2008

clara

Que lindo que era verlos caminando, un alma sola dividida en dos. La orilla de ese mar los encantaba, quedaba todo quieto al rededor. Hermosa fue la vida que llevaron, la suerte no les quiso dar un sol, curioso es que su risa iluminaba hasta el dia que ese mar se la llevo. Se queda con su foto en un rincón y sueña encontrarla arriba. Escucha susurrar un disco viejo que su Clara alguna vez le regaló. Él sigue con su vida recortada, sin Clara fue una vida sin color. La imágen de sus ratos más felíces ahora siguen siendo su motor. La siente, la escucha, la espera y sueña. La lleva bien pegada a el corazón y se alegra de nunca despedirla. Pero no va más por la orilla caminando, porque sabe que era hermoso de los dos.

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