sábado, 8 de enero de 2011

Nuevo amanecer, una vez mas

Eloisa se levanto esa calurosa mañana de enero pensando en lo poco que faltaba para irse al mar, aunque era algo que la llenaba de felicidad, había un pequeño hueco que no le gustaba en su interior. Fue hasta la cocina y desayuno sus habituales cereales con leche en pijama mientras miraba el sol por la mañana disfrutando el increíble silencio que habitaba su casa. Era raro, porque sentía una incomodidad en esa paz, algo que no le cerraba y no le dejaba completar la sonrisa. Tomo una hoja de papel y anoto en ella: "DESCUBRIR ESTE VACÍO" y lo pego en la heladera con forma de recordatorio, para todo el día tener presente que antes de partir debía saber que era esa oscuridad en su ser.
Hacía poco había empezado ese nuevo año y creía haberlo echo con su pie derecho para tener días inundados de suerte y felicidad, también hacia poco había cumplido un año más de nacida y aunque era chica, sentía que la vida se le pasaba y se proponía disfrutarla a cada instante respirando despacio, comiendo mucho, durmiendo lento, observando y escuchando todo, sintiendo cada superficie, cada nueva acción en la piel.
Se fue a vestir y salio a correr, para despejar su cabeza y ver si la brisa de los árboles de aquella plaza le traían algún perfume, algún recuerdo, algún pensamiento que la ayudaran a decifrar ese acertijo, pero después de una hora volvió solo con el agotamiento encima de su cuerpo, con el sudor a causa del calor y la idea de las tantas menos calorías en su ser, abrió la ducha y puso a llenar su bañadera mientras se tiraba bajo el ventilador a descansar. Una vez llena, fue entrando de a poco al agua, y se dejo llevar por el perfume de las sales, relajándose con la espuma y fue ahí cuando cerro los ojos y escucho el silencio del agua que sintió que ese espacio negro era un amor que extrañaría en su tiempo fuera. Ahí, Elo, vio con otros ojos que en su interior de a poco, emergía un nuevo amor.

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