martes, 10 de junio de 2008

Crónica de una muerte anunciada


"(...)Escribió una carta semanal durante media vida. " A veces no se me ocurría qué decir - me dijo muerta de risa -, pero me bastaba con saber que él las estaba recibiendo." Al principio fueron esquelas de compromiso, después fueron papelitos de amante furtiva, billetes perfumados de novia fugaz, memoriales de negocios, documentos de amor, y por último fueron las cartas indignas de una esposa abandonada que se inventaba enfermedades crueles para obligarlo a volver. Una noche de buen humor se le derramó el tintero sobre la carta terminada, y en vez de romperla le agregó una posdata: " En prueba de mi amor te envío mis lágrimas." En ocasiones, cansada de llorar, se burlaba de su propia locura. Seis veces cambiaron la empleada del correo, y seis veces consiguió su complicidad. Lo único que no se le ocurrió fue renunciar. Sin embargo, él parecía insensible a su delirio: era como escribirle a nadie. (...)"


Gabriel García Márquez

Crónica de una muerte anunciada

Contemporánea.

No hay comentarios.: